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lithium


Quizás alguien se pregunte... ¿qué quiere decir litio? ¿Qué significado tiene en la canción? El litio es un elemento químico, que entre diversos usos, se emplea en el tratamiento de la manía y la depresión bipolar, así como en otras psicopatologías. Es un estabilizador del estado de ánimo.

domingo, 29 de diciembre de 2013

T


Toda mi piel es tuya, como ese relieve que impera en cada poso de mis lineas. Me recuerda tanto ese sabor grotesco de mis venas en tus ojos.
El humo sagrado de mi deseo, como un flan, una mirada salvaje comiendome la boca, la lengua que no disfraza serpientes ni aromas, ni musgo...
Y pienso en el frío de esta noche intentando agarrarme a los barrotes de tu cintura para no morir en la desesperación de tu propia marca. Es una desidia no poder espolvorear tu fiebre sin tener que quitarme las ganas de desnudarme en la mañana y quedarme con tus marcas, así no olvidaré abrir la puerta en la noche, otra vez, un segundo más que pueda amarte..

viernes, 27 de diciembre de 2013

ROTOS

Rotos.
En las aceras, como los pasos abiertos.
Regresaba con el tumor en los huesos de la noche,
el atardecer de unas bombillas haciendo fuerza en las sienes. Incuestionables.
Y conseguí meterme en las callejuelas, en las aceras, y me oía el eco en un traqueteo
entre las sombras y las farolas.
Taciturna, como los poemas que se me olvidan escribir.
El anochecer pintaba ecuestre y lascivo.
Soy promiscua, en mis sentimientos, y en el orden de los factores, no alteran el producto 
resultante de mi propia codicia.
Los rotos siempre fueron mayores, nunca cosustanciales como el verbo matar.

Y recorría un escalofrío en la espalda de mi costado,
en las mieles de los recuerdos y las nostalgias,
 me invitaba a no existir, 
a no matar, a no doler, a no amar.
Amar...amar....insensible como las escamas y ¿entonces?dejáme morir al amparo de los páramos,
allí la dama se encuentra solícita para violar los pactos y los modos encantados, los que no se oyen. ¡Qué ensoñación tan inerte, tan vacía!
Tan grosera de haberte visto.
No morir mañana y no despertar, no quiero gambas de champán en mi sillón.


lunes, 16 de diciembre de 2013

LOS PASOS





 La noche es como una termita que acapara el reloj diurno de los días, de los pasos. Es otra manera de vivir, de amar, de encontrarnos  en la percha del ocaso,  de las sombras relampagueantes de lo interno, superfluo, angosto.

  Las luces de neón absorben los sentidos, miro pausadamente los cristales de los suburbios,  pienso en tu cuerpo, en  el nuestro, de ambos, atravesando las calles y los bares, donde contar tantas historias como el cabello de un ayer, o de un hoy que salta como esas luminarias.

Ayer acabé en la barra del Memphis, como siempre que acababa  contigo en ese reservado. Quizás sea por el recuerdo de tus manos en mi muslo atravesando de arriba abajo hasta llegar al punto de un equilibrio.

Qué mal sabe ese whisky, ese gin-tonic  sin tu presencia. Es como atravesar la  garganta y escocer la nostalgia.

Las miradas se acurrucaban a lo largo del garito, parejas entrelazando sus bocas, sus gestos, las palabras y yo en cambio no atravesaba nada más que el olvido. O   la definición exacta de sentirse  sedienta bajo tu mirada, tu voz, tu eco. Pasa lo de siempre, acostada con un rostro que no conozco por el sopor del alcohol. Eso trato de decirme o de pronunciarme.

-Quedamos mañana-me dice después de un ronroneo en las sábanas frías de mi indiferencia. Apenas le doy una calada al cigarro, ya es costumbre, un aspecto de desdén que no quiero continuar.

Los pasos, son pasos agigantados por la propia madurez de tener que hacerme mayor ante las circunstancias. Entiende, hacerme mayor, intentando socorrer tu amparo desde que te fuiste.

Bajo de nuevo, al Memphis, a ese rincón, Hay un tío posado en la barra me mira con deseo lascivo, penitente, con la boca húmeda  intentando  ya de por sí quitarme algún botón. Me salgo fuera despacio, tintineando entre las luces, los pasos, otra vez, los tacones en las aceras, viendo unos a otros, viendo gente  ir y venir en las calles.

Entré en la tasca de Eduardo. Ahí siempre me siento  conmigo misma. Es fácil perderme en la memoria de quienes hablan  con la sonrisa de tener que poder inclinar un muro en mi razón, así  podré tirar la noche. Eduardo se acerca, me pone la copa con un posavasos  con una especie de barco  o de velero....”oceanic”.  Sería bueno perderse  en el océano....

Mmmmm.

Las certezas se pierden en el movimiento de la copa  a mis labios, de los labios a la garganta...de las manos al cigarro, al humo, ¡qué sé yo....!

Me está dando vueltas  la cabeza: pesarosa, inquieta.  Son las 4 ya.  Apenas se me dibuja tus pasos en el rincón de esa nostalgia. Somos capaces de etiquetar y de poner cinturas a nuestros sentimientos vacíos. Ya soy una etiqueta igual que el  Ron, o el Whisky o el vodka .El nombre....

Recuerdo que te gustaba el vodka. Me mirabas blandiendo tu rictus; especie de sonrisa sinuosa  hacia mis párpados, o hacia mis senos o hacia mis manos. Es igual no queda nada de aquello que solo venero en los dulces, en los membrillos, en esos brazos que menos mal que navego para olvidar...Olvidar...ay!..

Es imposible. Soy incapaz de tejer esa línea divisoria entre tú y el panel de las abejas.

Me reitero en la cama, no puedo dormir con el despertador  blandiendo las ocho de la mañana.

Es hora de ponerme el disfraz del no me importa para nada  que me hayas vendido.

Y  tener que florear tu escondite,  un baúl que tengo en casa, en el sótano. Perdona. Es el sótano de mi vulnerabilidad. Logro encarcelarla cuando bajo al Memphis, otra vez, y mañana será otra noche más, amparada  en alguien que podrá quizás deleitarme con las sobras de un amor que no es para mí,  si no es  para contentar a las cenizas que quedan del tuyo en mi interior.

(RELATO PRESENTADO AL CONCURSO LITERARIO  INTERNACIONAL DE RELATOS LA VIDA ES UN BAR)


sábado, 7 de diciembre de 2013

QUEMA

Ya hace tiempo que el litio no me amarraba. Casi había perdido el sabor, el hormigueo de esa ansiedad en mis manos, sudando con el arrecife de las playas dormidas, las que en invierno teclean al subir la nota de la discordia. Me tomaría ahora mismo ese mal sabor hambriento de la desidia.
No. Bajar la guardia contra el muro de los propios latidos es  sobornar a los pleitos que rebozan en la yugular. Esta tarde es como ese mar..lánguido....Me emborracharía de absurdas lenguas para matar las hormigas. Destrozar los pasos en las piernas abiertas esperando espolvorear  el sexo converso de las premisas.
Te esperaba. Como siempre. Aunque tardes en aparecer. Séntemonos como la tregua en la paz de la ladera de las batallas. Esas. Son las que me pueden. La maldita prueba, la proeza, la desfachatez de los ombligos.
Maldita sea la vez que nací con este run run atemorizando el paisaje de mis días, noches, amuletos......Quiero, quiero y no puedo  deshacerme del nudo de las corbatas.  Es...una soga, como la comida que escupo, cuando inevitablemente  no quiero comer.
Agotada, de los canelos, esa es mi rareza, mi copa, mi champán. Debería prender las flores y arrancarles el ojal como si usurpara el imperio de mis sentidos y obligarle a no disfrutar de las bellezas externas.
Obligar, casi me río de la evidencia, quema la sangre, y la garganta y como el final quedará menos, mucho menos, para vomitar el principio, ningun principio existe si antes no existe el final.

jueves, 5 de diciembre de 2013

VOZ

Cuántas inclinaciones ante mi eco. El racimo uniforme, cellos en tiralíneas, sonatas en do menor y acústica biennacida. El paladar. Una fuente, una sopa de letras. Un carmín en las manos de unos labios. Mis pómulos, tus pómulos, tus ojeras en mis silbidos. Ay,...esa voz que inclinó su frente a la media mía, el volumen que despierta el aire. Al alba, corre...corre, que se me escapa el epílogo en esa cartera del viento. No lo ves, atesora letras como la vid. Un simple comienzo en el final de una maqueta.