Medimos la fuerza de nuestras manos como si se tratara
de una balanza, medimos el tiempo, la rutina, el cariño, el engaño, la mentira,
el amor….medir..Siempre buscamos medir; pero nunca intentar equilibrar la
balanza; enseñar cómo equilibrarla, como colocar la justa medida de las cosas
que no pueden medirse si no es con el músculo que no se ve pero que regula la
sangre incluso de nuestras fuerzas.
El corazón es un extraño músculo y a la vez
misterioso. Las señales que emana, son
como un pulso a nuestra conciencia. Ese pulso es un goteo continuado. Es un
mapa interactivo de los propios
sentimientos, emociones. Un cronómetro, una elevadora de la propia emoción, del
aturdimiento, de la consciencia. La razón es en cambio, el juez, el maestro que
siempre nos pone nota en el examen de la conciencia, y de la acciones. No
quiero notas, estoy cansada de esas notas en la que temo suspender sin haber siquiera aprobado el examen de la
praxis. Quiero enseñar lo que no se enseña, y aprender lo que es enseñar…¿Qué
estoy dispuesta a enseñar? ¿Mostrar a los demás? Puede ser,,,,,
Podemos enseñar, algo más,
que la estupidez humana, saber guardar la fuerza de un extremo al otro,
sin que la cuerda se rompa; si se rompe no queda nada.....ni siquiera lo
estúpido de fingir ser mas listo que nuestras propias posibilidades.....
Toda nuestra vida medimos.
Medir posibilidades, actitudes; medir conceptos a veces
abstractos, a veces fingimos,,,,,
Medir hasta donde, el quizás, el lo mejor o hasta cuando……
Medir sin metro, ni cobertura…..siempre medir,…..mido mis
palabras, mis gestos, mi pensamiento hasta cuando escribo. Cuando hablo, mido
el tono, la proporción, el enjuague;
La tos que me provoca o la resequedad de mi garganta.
Pero se nos olvida EQUILIBRAR.
Se nos olvida medir el tiempo. El tiempo es corto en la vida
aunque parezca lejano. El tiempo de una sonrisa es una milésima de segundo,
pero lo bastante para despertar del letargo a la otra persona. Se nos olvida
equilibrar el cuerpo, si damos un abrazo expresamos con nuestro ángulo la
proporción del cariño que ofrecemos a los demás.
Este mundo tan preocupado en la lógica, en la coherencia, en
la rutina en tener todo perfectamente organizado. El debe ser, deber hacer,
la responsabilidad, correr, vivir, amar, dormir, trabajar…..nunca tenemos
tiempo y sin embargo el tiempo es subjetivo. El objetivo lo marca el reloj de
nuestra muñeca. El otro…El reloj interno de nuestras vísceras….El que no se ve
y sin embargo mueve el espíritu.
A ese no le damos tiempo. NO nos paramos a darle cuerda. A
veces sí. Pero conforme entras en esa
palabra malsonante de la RUTINA, se nos olvida que es una mala costumbre
dar por hecho aquello que inequívocamente se irá sin algo que lo empuje, lo
siembre, crezca y permanezca. Es como la
sequía, si no se riega se seca, se endurece se agrieta, y muere.
Tenemos que empezar a
nivelar. Nivelar nuestras fuerzas en un mundo que se nos escapa, se nos
asfixia, bajo el fantasma de nuestra propia desnudez de ideas, valores,
actitudes.
“El carácter humano es
como una balanza: en un platillo está la mesura, y en el otro la audacia. El mesurado
tímido y el audaz indiscreto son balanzas con un brazo, trastos inútiles".(Ángel Ganivet)
Nuestra vida es como una balanza de pagos de transacciones
personales, y pagos a cuenta en función
de la premisa doy o me dan;.hago y espero a que me den… Eso es así, el que no
lo vea es ciego…todos esperamos que nos den algo: abrazos, besos, amor,
deseo….palmaditas, éxito, dinero, un
trabajo...Yo lo afirmo, es cierto.
Pero ojo, también a veces en esas ocasiones que escapan a la lógica, se da sin
recibir, sin esperar por el simple hecho de sentirnos cómodos con lo que damos. Sí, lo hago, lo quiero, me reafirmo…a pesar de
que a veces espero que me den, como humanos y egoístas que somos.
Hay que sopesar en
cada momento y en cada situación; que hay que hacer si lo uno o lo otro. Qué difícil
es esperar a que te den, como dar sin esperar.
En este tema me produce una vaga inquietud, somnolencia, cabreo existencial.Estoy
cansada del no puedo pero quiero, de no tengo tiempo por espera y respira.
Cansada, de estar cansada de tanta mediocridad, de tanta pantomima que nos hemos
creado por la magia de otras mentes, seres, personas, cosas, circunstancias.
Yo no sé hacer magia, no se
dar un chasquido y convertir un sapo en paloma. Solo se dar aunque a veces no de nada más que tormentas y
huracanes. Pero, al menos ofrezco algo,
los demás a veces, no dan nada, no hacen
nada, solo caminar como una sombra, entre las lápidas de la vida.
Equilibra, mide, saca la balanza esa que esta escondida en
algún lugar de la mente, del corazón, de donde sea. Yo no puedo buscarla, a
veces esperáis/esperamos a que nos la busquen, no busques en ti aquello que careces,
puedes buscarla y encontrarla en otras personas o en otras cosas que te rodean,
solo tienes que saber buscarla, dirigir tu mira y tu pensamiento hacia aquello que
anhelas. Puedes hacerlo…ponte a recorrer el camino de la milla y hazlo.
Confieso que nunca he tenido vara de medir, ni equilibrio
sin red, en mis actos, en mis sentimientos, en mi conciencia, hago y deshago a
mi libre albedrío, pero como siempre creo,
la libertad individual es la que mejor sabe maniobrar o
esquivar…o situar el eje de la balanza en los propios sentimientos, en las
propias acciones, es mas sabia que todo un ejército de poderes, de quizás…de
a lo mejor,,,,,de no quiero pero quisiera,,,,del no se decir al hacer ,,,,,,, Son momentos
equilibristas que van a conducirte a una caída sin red, en el que la balanza se
romperá por el peso muerto de tu propia inmovilidad.
EL AYUNO DE LOS DIOSES
CAMINO FRONTERIZO
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