Mis huesos soplaban como la agonía, un frío susurro en la conciencia; solo es el frío. Incluso sin café, sin azucar o con la sal de la saliva deforme . Y no podía estar en calma. La calma es la sala de la meditación...pero no sé hacerla porque oigo charcos en la memoria.
Nunca fué EVA, al desnudo prosaico de una lágrima, al desnudo inerte de una metamorfosis; escurridiza como la serpiente de la melancolía, FRUTO DE UN MOMENTO Y RAIZ EN UNA INMENSIDAD, encadenada al llanto de una sinfonía. Huestes que manejan sentimientos. LA MUJER ES SENTIMIENTO..EL HOMBRE SOLO MADERA |
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