He decido poner en huelga mi alma, intentando sacar una contraprestación a mi retiro. Se acabó la nube del pasado de una forma que no debería haberse producido. A veces son los propios errores los que generan estos infartos.
Infartos crueles de tormentas, cuando pensamos que nada ocurrirá.
Es falso. Falso pensar que somos mejores que otros, o que son los otros los culpables.
La vida nos incita a una culpa y una benevolencia que no es real, pues el cristal fino en el que nos miramos, depende de tus ojos o de los mios.
Decimos tantas estupideces en un segundo de la vida,
que en la siguiente centesima ya nos hemos vuelto a la salida. O a la meta, que más da.
He muerto durante una semana de jalear y no me queda nada
absolutamente nada que llevarme a la boca.
El silencio de los otros es mi propia condena,
pero también mi silencio es el final
de su propia miseria.
Mi miseria es mía,
no se vende al mejor postol,
la de los demás no la se. O quizás si,
se de q parte puede venir,
pero el tiempo no es límite para esperar
que mi desenlace en la vida sea morir la que fui,
y empezar a ser la que soy.
Quién soy o la que soy depende de cada capítulo de la vida,
en la vida "somos" varias veces ,
amamos varias veces,
pero morimos una sola vez...
el resto vagabundeamos encontrando
sonatas que nos hagan palmas a lo que decimos,
porque sin eso no somos nada.
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