Relleno tres puntos en mi cabeza.
A estas horas ni siquiera puedo convertirlo en una oración y las ecuaciones doblegan mi superficie, convirtiéndola en ríos, sartenes, metros cúbicos letales.
Debería ser capaz de hacer monólogos. Invertebrados a la ecuación de los sustantivos.
Y en cualquier parte sueño. Con la destrucción o el amor. Los muslos cerrados o la persuasión.
Inevitable es el canto de los ruiseñores tejiendo petirrojos en las azoteas.
Es conveniente manchar de azucar los membretes.
Y la sal gime bajo mis senos.
Querida Isabel, qué bueno todo lo tuyo. Me encanta!! Besos <3
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