Las sábanas quitaban el tacto a mi cuerpo.
La pulcritud. El sudor es un hastío, una amalgama que forzosamente arrullaba mi frente.
Y esta mañana al calor de ese verano incierto que se desquita en mi cabeza, pensaba terriblemente en la paciencia.
Me voy a dejar guiar por los surcos de las Odiseas, de los mares de Ulises, rompiendo en mi piel la ruta salvaje de las mareas.
"...pensaba terriblemente en la paciencia." "...rompiendo en mi piel la ruta salvaje de las mareas."
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